La inseguridad ciudadana es un tema amplio y complejo, sin embargo viene siendo trabajado y estudiado de forma sistemática, por ser de gran interés publico. Por otro lado, inseguridad no es igual a sensación de inseguridad. En enero del 2015 un 71% de los limeños percibían a la inseguridad ciudadana como uno de los mayores problemas de nuestra ciudad (1). Sin embargo muchas veces las cifras de inseguridad ciudadana no guardan relación con las de percepción de la inseguridad. Esto puede observarse, en el caso de nuestra región, en un estudio realizado por InSight Crime, sobre las percepciones de inseguridad en América Latina (2).

Un ejemplo de esto puede encontrarse en el distrito de Barranco, donde al igual que en otras zonas de Lima como Miraflores, San Borja o Surquillo, se vienen organizando Ferias Ecológicas. En su segunda edición, en este distrito, esta iba a ser realizada en la Av. San Martin, a la altura del Parque de los Héroes, atrás del Estadio Municipal G. Chipoco. Sin embargo, esto ha causado molestia entre algunos vecinos y vecinas cercanos al lugar, especialmente porque sienten que esto afecta la seguridad de su barrio, por la cual ellos vienen trabajando. 

Al leer algunos de los comentarios, de las vecinas y vecinos de este parque, se pueden observar tres temas o preocupaciones centrales: 1) la inseguridad reflejada en “el extraño”, 2) un inevitable desgaste del espacio publico por su uso intenso y 3) la seguridad ciudadana, mas que una política municipal clara y visible, vista como una agencia de los habitantes del lugar. De esta manera tener una feria en tu cuadra es algo análogo a pistas rotas, desorden y robos. 

El miedo de encontrar gente extraña caminando por nuestras calles y parques, hace de la seguridad ciudadana una actividad relacionada directamente con un espacio publico esterilizado, es decir: sin gente, sin actividades y totalmente vigilado o controlado. Esta idea del EP como un panóptico alimentado por la sensación de inseguridad, genera medidas como: enrejar calles o accesos a los barrios, la proliferación de condominios o urbanizaciones cerradas y restricciones de usos en los espacios publico (parques, plazas o alamedas). Todo esto suele empeorar la situación en torno a la seguridad en la ciudad, produciendo barrios fragmentados con calles oscuras y solitarias, muros ciegos (sin ventanas o puertas) como consecuencia los condominios cerrados y disminución del numero de usos y actividades en los EP, por el temor a su deterioro. 

La ciudad y la vida urbana son la convivencia permanente entre extraños. La mejor forma de cuidar nuestros parques y calles es manteniéndolos vivos, con niños y niñas jugando, comercios abiertos, personas transitando y diversas actividades. El uso intenso de un espacio publico lo hace mas concurrido y vigilado, disminuyendo los niveles de inseguridad. Ya sea un parque enrejado en tu cuadra, celosamente vigilado por los y las vecinas, una calle con rejas o un condominio cerrado a las afueras de la ciudad, todos estos modos de generar seguridad son contraproducentes a lo que hace de la ciudad un lugar agradable para vivir: el encuentro basado en el anonimato, en espacios de dialogo e igualdad y el uso intenso de sus espacios. 

(1) http://elcomercio.pe/lima/seguridad/cifras-criminalidad-lima-contradictorias-noticia-1786986

(2) http://es.insightcrime.org/analisis/percepciones-inseguridad-aumentan-latinoamerica-informe